


La trama nos arrastra hasta la Ópera de París. Allí tienen lugar sucesos, aparentemente, inexplicables. Nuestra tarea, por tanto, es resolver «un misterio que desafía la lógica», como adelanta la editorial. Las habilidades deductivas resultarán esenciales para alcanzar la verdad (y la victoria).
Las tarjetas perforadas son el elemento destacado. Durante el turno, alinearemos la carta de una persona sospechosa con una tarjeta perforada. Será la manera de recibir dos pistas distintas. Una de ellas sólo la veremos nosotros; la otra habrá que compartirla con los demás. La línea entre ayudar o confundir al resto se difumina.
Siguiendo la descripción oficial, estamos ante «un rompecabezas único que mezcla ingenio y estrategia». El misterio no se limita a una sola investigación, sino que habrá varias con distinto nivel de complejidad. En todas ellas el objetivo es el mismo: hallar la solución antes que los otros jugadores, haciendo uso de la intuición y de la lógica. Apuesta por un diseño muy temático tanto en la portada como en los componentes.