

Hay algo paradójico en el antiguo Coliseo de Roma: Es un estupendo tesoro arquitectónico de la antigüedad que demuestra a qué alturas puede llegar la arquitectura humana y el arte de la construcción. Pero a la vez también es testigo de la depravación humana, una arena de la angustia, donde se mataba a personas como deporte y por diversión.
Hay algo paradójico en el antiguo Coliseo de Roma: Es un estupendo tesoro arquitectónico de la antigüedad que demuestra a qué alturas puede llegar la arquitectura humana y el arte de la construcción. Pero a la vez también es testigo de la depravación humana, una arena de la angustia, donde se mataba a personas como deporte y por diversión.